lunes, 11 de octubre de 2010

No todo está perdido

Ray Bradbury, en su libro Farenheit 451 a través de uno de sus personajes, predijo en 1953  la posibilidad de quemar libros sin cerillas/fósforos ni fuego, y cito..."Porque no hace falta quemar libros si el mundo empieza a llenarse de gente que no lee, que no aprende, que no sabe. Si el básquet y el fútbol inundan el mundo a través de la tv, no se necesitan bomberos que prendan fuego a la gasolina o persigan al lector. Si la enseñanza primaria se disuelve y desaparece a través de las grietas y de la ventilación de la clase, ¿ quién, después de un tiempo, lo sabrá, o a quién le importará?
No todo está perdido, por supuesto. Todavía estamos a tiempo si evaluamos adecuadamente y por igual a profesores, alumnos y padres. Si hacemos de la calidad una responsabilidad compartida, sinos aseguramos de que al cumplir los seis años cualquier niño en cualquier país pueda disponer de una biblioteca y aprender casi por ósmosis; entonces las cifras de los drogados, bandas callejeras, violaciones y asesinatos se reducirían casi a cero. Pero el bombero personaje en la mitad de la novela lo explica todo, y predice los anuncios televisivos de un minuto, con tres imágenes por segundo,  un bombardeo sin tregua. Escúchenlo, comprendan lo que quiere decir, y entonces vayan a sentarse con su hijo, abran un libro y vuelvan la página..." - Relato del personaje  (capitán Beatty) a su subordinado (bombero Montag) ambos bomberos quema libros y el porque los bomberos asumieron el rol de quemar libros: ..." cuándo comenzamos a quemar libros?...Cuando las cosas comenzaron a adquirir masa, fotografía, radio, tv, películas...y como tenían masa , se hicieron más sencillas. En cierta época los libros atraían a cierta gente. Podían permitirse ser diferentes . El mundo era ancho. Pero luego, el mundo se llenó de ojos, codos, y bocas. Población doble, triple, cuádruple. Films y dios, revistas, los libros fueron adquiriendo un bajo nivel, un especie de vulgar uniformidad. Las más breves condensaciones. Resúmenes. Todo se reduce a la anécdota, al final brusco. Los clásicos reducidos a una emisión radiofónica de unos minutos. Después, vueltos a reducir para llenar una lectura de dos minutos. Por fin convertidos en diez o doce líneas en un diccionario. Claro está exagero. Los diccionarios únicamente servían para buscar referencias. Pero eran muchos los que sólo sabían de Hamlet lo que había en una condensación de una página en un libro que afirmaba: Ahora, podrá leer por fin todos los clásicos. Manténgase al mismo nivel que sus vecinos. Salir de la guardería infantil para ir a la universidad y regresar a la guardería. Acelera la proyección, aprisa, Clic? película? mira ojo, ahora, adelante, aquí, allí, aprisa, ritmo, arriba, abajo, dentro, fuera, por qué, cómo, quién, dónde, eh?. oh!, bang, zas, golpe, bing, bong, bum!, selecciones de selecciones. Política? una columna, dos frases, un titular!. Luego todo desaparece. La mente del hombre gira tan aprisa a impulsos de los editores, explotadores, locutores, que la fuerza centrífuga elimina todo pensamiento innecesario, origen de una pérdida de tiempo. Los años de Universidad se acortan, la disciplina se relaja, la filosofía, la historia y el lenguaje se abandonan, el idioma y su pronunciación son gradualmente descuidados. Por último, casi completamente ignorado. La vida es inmediata, el empleo cuenta, el placer domina todo después del trabajo. Por qué aprender algo, excepto apretar botones, enchufar computadoras, encajar tornillos y tuercas?. El cierre de la cremallera desplaza al botón y el hombre ya no dispone de todo ese tiempo para pensar mientras se viste, una hora filosófica y, por lo tanto, una hora de melancolíca. La vida se convierte en una gran carrera, todo se hace aprisa, de cualquier modo. Más deportes para todos, espíritu de grupo, diversión, y no hay necesidad de pensar. Organiza y superorganiza superdeportes . Más chsiste en los libros. Más ilustraciones. La mente absorve menos y menos. Impaciencia, autopistas llenas de multitudes que van algún sitio, a algún sitio, a ningún sitio. El refugio de la gasolina. Las ciudades se convierten en moteles, la gente siente impulsos nómadas y va de un sitio a otro, siguiendo las mareas, viviendo una noche en la habitación donde otro a dormido durante el día y el de más allá la noche anterior.
Cuanto mayor es el mercado, menos hay que hacer frente a la controversia. Las revistas se convirtieron en una masa insulsa y amorfa. Los libros eran como agua sucia. La tecnología, la explotación produjo el fenómeno. En la actualidad, gracias a todo ello, uno puede ser feliz continuamente, se le permite leer historietas ilustradas o periódicos profesionales. Siempre se teme a lo desconocido..Un libro es un arma cargada. Domina la mente del hombre. Quémalo!.Los funerales son tristes y paganos? Eliminémoslos. Diez minutos después de la muerte, un hombre es una nube de polvo negro. No sutilicemos con recuerdos acerca de los individuos. Olvidémoslos. Quemémoslo todo, absolutamente todo. El fuego es brillante y limpio..."
Escrito, repito en 1953.
Pensamiento único. Nada altisonante. Mismas noticias en los informativos para todos. Ningún pensamiento o comentario que altere la tranquilidad a toda costa impuesta. Todo digerido. No hay que pensar.
No todo está perdido...

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